Acogimiento Familiar

El pasado 15 de noviembre, tuvo lugar el primer seminario relacionado con esta asignatura. En él, tuvimos el placer de poder recibir a dos profesionales que trabajan en el ámbito del acogimiento familiar y protección de menores, y de esta manera poder informarnos acerca de los procesos que se llevan a cabo y a qué tipo de destinatarios recoge.

Para ello me gustaría comenzar con el término acogida familiar, y su significado: consiste en una medida que intenta evitar por todos los medios el ingreso de los menores en instituciones y centros de acogida, los cuales no muestran una similitud con una familia, propiamente dicha, compuesta por padre, madre y hermanos.

Existen varios tipos de acogimiento familiar, como el simple, que supone una permanencia transitoria en la familia de acogida permitiendo el contacto con su familia biológica para que se pueda dar la reunificación familiar, o en caso contrario, se tenga que acceder a la adopción; el permanente, el cual se diferencia del anterior en que el menor no tendrá posibilidad de volver a unirse con su familia biológica, ya que el tiempo de permanencia es indefinido; por último encontramos una modalidad menos conocida que es la de urgencia, que consiste en el acogimiento inmediato para menores de entre 0 a 6 años.

Los requisitos que tienen que reunir las diferentes familias de acogida, está en manos de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de cada provincia perteneciente a la Junta de Andalucía. Ellos se encargan de que los acogedores presenten las mejores condiciones que favorezcan lo más posible a los menores, así como la plena dedicación y atención que puedan proporcionar, y la estabilidad familiar y emocional que presenten.

Por encima de todos los casos, siempre se va a tener en cuenta el intento de que los menores mantengan el contacto con la familia biológica, ya que, el fin de todo ello, es que lo menores puedan volver a integrarse en su familia, que posiblemente presente situaciones de desadaptación o estén en riesgo de ello.

Pero, ¿cuáles pueden ser aquellos problemas que favorezcan la desadaptación, y por consiguiente, afecte de la misma forma a los menores? Según el video que se nos presentó en clase (http://www.youtube.com/watch?v=LYPcg_ONYLI), la causa principal suele ser por situaciones de drogodependencias, además de las estancias en prisión, de delincuencia, y seguido de conductas violentas. Estas situaciones provocan que las familias se encuentren vulnerables a poder ser marginados, e incluso, excluidos por la sociedad. De esta manera es importante trabajar para que los menores no sufran esa situación, y en un futuro no muy lejano, tenga las mismas posibilidades de integración y desenvolvimiento en la sociedad.

Por este motivo es muy importante trabajar con las familias de acogida, para que el tiempo en el que el menor permanezca con ellos, reciba los cuidados necesarios para que su socialización primaria sea lo más satisfactoria posible. Si nos ponemos en la situación de partida desde la cual llega el menor, hemos de saber que si no existiera el acogimiento familiar el menor probablemente crecería en una familia que le transmitiría conductas que pondría en riesgo su forma de relacionarse con sus iguales. Esto conllevaría desadaptación, ya que, no serían capaces de crear vínculos afectivos, mostrarían rechazo a todo tipo de apoyo…privándolos de una integración y socialización adecuada que les proporcionase el desarrollo personal satisfactorio.

De esta forma, vemos que para que un menor no sufra estas situaciones problemáticas, es importante trabajar con las familias biológicas y que el contacto entre padres e hijos sea constante, para que el menor poco a poco, encuentre ese apego que todos necesitamos para que en un futuro podamos relacionarnos satisfactoriamente. Mientras tanto, las familias de acogida tienen un gran papel por desempeñar para que estos menores reciban mientras tanto los cuidados y afectos que les son ausentes en ese momento. Un buen trabajo de colaboración y asertividad facilitará que el menor se encuentre en buenas condiciones, y sobre todo, que la familia biológica muestre mucha voluntad a querer salir de su situación para que su hijo, por consecuencia, obtenga una integración “normalizada” favorecida en todo caso por las relaciones afectivas de su familia.