En la actualidad atendemos a multitud de cambios en la sociedad que afectan de manera significativa a nuestro desarrollo en la vida cotidiana y en la relación de nosotros mismos con el contexto. De esta forma, los cambios también han ido afectando al perfil de constitución, y por lo te las familias, y por lo tanto al tipo de necesidades que están puedan presentar.
En cuanto a los cambios presentados en las familias en la sociedad actual podemos nombrar:
- Separaciones/divorcios de las parejas.
- Monomarentalidad, es decir, figura existente solo de la madre en la familia.
- Familias reconstituidas, como por ejemplo el rehacer la vida con otra pareja la cual mantenía otro vínculo anteriormente.
- Violencia de género y agresión hacia la mujer.
- Situación socio–económica actual (paro, reconversión profesional, ocio y tiempo libre...).
Ante estos cambios, no es de extrañar que surjan nuevos indicadores de riesgos que ponen en situación de vulnerabilidad a las diferentes familias, ya que son aspectos que les afectan directamente, y que dificultan que la familia pueda poseer una situación de bienestar, debido a los diferentes obstáculos y situaciones: discapacidades, problemas de salud mental que afectan a los comportamientos, drogodependencias y alcoholismo como vía de escape ante las situaciones de estrés, absentismo escolar que aumenta cada vez más ante la imposibilidad de conciliación de los padres con las diferentes situaciones y que desemboca en un desconocimiento acerca de la evolución de las necesidades de los menores, y todo ello, pudiendo llegar a provocar aislamiento familiar y social ante las diferentes situaciones que se difieren del resto de la sociedad.
Partiendo de esta base, se puede decir que tanta diversidad de necesidades hay, como de casos que puedan ser llegados a los Servicios Sociales Comunitarios. El servicio encargado de afrontar las problemáticas y necesidades de los menores y sus familias el de Convivencia y Reinserción Social (CORE). Aún existen tres más que integran la red de servicios de los SS. CC: Servicio de Información, Valoración y Orientación (SIVO), que funciona como puerta de entrada de los SSCC y desde el que se derivan los casos; Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), para la prestación de ayudas a las personas dependientes; y Cooperación Social (COSO), que trabaja la potenciación de la vida comunitaria.
Dentro del CORE, existe un equipo encargado de atender a las familias con menores a cargo, de 0 a 18 años, que atraviesen por situaciones de dificultad, que impiden el desarrollo normalizado y adecuado de toda ella, y limitando así la plena integración de todos los miembros de la familia. Hablamos del Programa de Atención a las Familias e Infancia (PAFI), que tiene por lo tanto el objetivo de prevenir, paliar y corregir aquellas situaciones de riesgo tanto personales como familiares, para que no deriven en una posible situación de exclusión social, en concreto los menores, y que favorezca las relaciones de convivencia dentro de la familia. Para ello, existe un equipo de trabajo interdisciplinar compuesto por un/ a psicólogo/a, un/a trabajador/a social y un/a educador/a social. El trabajo consistirá en una intervención psicosocial y educativa y tras esto, es una evaluación acerca de los objetivos alcanzados.
Pero la atención de los SSCC hacia los menores y sus familias está determinada por un grado leve, por lo que puede haber situaciones más extremas que no puedan ser abarcadas por éstos y tengan que ser derivadas a un servicio externo, pero que están en continua dependencia. Son los llamados Equipos de Tratamiento Familiar, que surgen a raíz de la Orden de 13 de Julio del 2000. Estos tienen la función de reunificación familiar, de evaluación de los sistemas de adopciones derivados del Sistema d Protección de Menores y a transmisión de información antes situaciones graves al SPM, siendo éste el encargado (aunque ésta también puede ser realizada por SSCC).
Éste también cuenta con un equipo interdisciplinar constituido por un/ a psicólogo/a, un/a trabajador/a social y un/a educador/a social. Se encargan de áreas como salud, atendiendo a las necesidades y educando en ella; escuela, potenciando la relación de la familia con ésta, reduciendo el absentismo, coordinándose con el profesorado; en casa, estableciendo normas resolviendo conflictos; y formativa- laboral, acercando recursos de este tipo del contexto cercano.
He venido hablando durante todo el texto sobre las diferencias que existen entre los diferentes servicios, pero si os habéis dado cuenta son muchas más las semejanzas que existen: el equipo interdisciplinar, las problemáticas, la coordinación de servicios…
• Equipo interdisciplinar, donde diversas disciplinas trabajan de manera cooperativa, para disponer y utilizar más conocimientos y técnicas para el estudio de un caso, y sus correspondientes tomas de decisiones y medidas. Así se hace uso más eficiente de los recursos y más completo, además de proporcionar apoyo mutuo y satisfacción a los integrantes del equipo a la hora de trabajar.
• Además de los cambios que al principio comentaba, todas esas familias se caracterizan por vivir en espacios urbanos limitados, que se caracterizan por la pobreza, exclusión y marginación social, con déficits de infraestructuras y con índices elevados de absentismo escolar, deficiencias higiénicas sanitarias y altas tasas de desempleo.
• Coordinación de servicios, consensuando mecanismos y procedimientos para intervenciones más eficaces, y evitando la puesta en marcha de servicios de forma paralela sin relación en sí y la consecución de diferentes objetivos.
Ante el papel que me corresponde como futura educadora social, creo que las personas que nos dedicáramos a esto deberíamos poseer capacidad de autocrítica ante las diferentes situaciones que se nos van a presentar, tomando en cuenta nuestras propias capacidades para ello y dando lo mejor de nosotros mismos. Para ello, creo que es muy importante intentar trabajar sin prejuicios, dejar a un lado las estigmaciones y trabajar desde la objetividad, para una intervención más efectiva. Así, la empatía es un factor muy importante a poseer, ya que es una de las bases de nuestra profesión. Ser cercanos, mostrar todo nuestro apoyo para que las familias que lo necesitan vean que tienen a su lado ayuda para seguir adelante, sobre todo respetuosos ya que sabemos que cada dinámica familiar es un mundo, y que no siempre nuestra perspectiva en la idónea.
Para todo ello, creo que es muy importante una formación específica, debido a que las familias necesitan de una atención especial, y sobre todos los menores, con la gran protección que a ellos se les proporciona. Como futura educadora, conocer bien los recursos y actuaciones en este tipo de intervenciones es fundamental para realizar bien nuestro trabajo individual, pero además, saber trabajar con otras personas, saber escuchar y ponerse de acuerdo ante situaciones difíciles, ya que en nuestra mano está el futuro de un menor y su familia.
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