
El tema que voy a tratar consiste en intentaros transmitir cómo los menores que están ingresados en un hospital pueden desarrollarse en función de sus capacidades personales, sociales, académicas y ambientales.
Cabe destacar, que desde 1946, se hace alusión al término de salud, no solamente como enfermedad y ausencia de bienestar, sino como un término que englobas muchos factores, tanto los biológicos, como los sociales y ambientales. De este modo se comienza a plantearse que la cura en el hospital no solo vendrá de una mejora en su salud, sino también de tener un buen también y tener relaciones afectivas y sociales.
Ya entonces desde 1959, en la Declaración de los Derechos del Niño, los aspectos anteriormente nombrados se tuvieron muy en cuenta para la mejor protección del menor, y garantizarles todos aquellos derechos que por ser menores y no poder autodefenderse por si solos merecen poseer.
Para que un niño que se encuentra en un ambiente hospitalario sea posible su recuperación, además de responder bien a la intervención médica, es necesario que se les ofrezcan otros aspectos que por estar ahí pueden verse limitados. Hablo de una educación académica, de relaciones con sus iguales, de apoyo afectivo de sus familiares…Además, no olvidemos que están en fase de desarrollo, y que la ausencia de alguno de ellos puede serle perjudicial para su desarrollo posterior.
De este modo, dentro de los hospitales existen diversos apoyos hacia los familiares y niños para ayudarles en todo lo que puedan para favorecer para la mejor comprensión de la situación por la que pasan, y para reducir los impactos que de la situación se puedan desarrollar y extender, como en el ámbito laboral y social. Pero como vengo diciendo desde el principio del texto, cabe abarcar otras necesidades del menor que se tienen en cuenta como factor predominante para la mejora del menor, intervenciones, por ejemplo, en la línea lúdica, educativa e informática.
Desde esta perspectiva, dentro del hospital existen dos contextos desde los que trabajar esas líneas de intervención:
Cabe destacar, que desde 1946, se hace alusión al término de salud, no solamente como enfermedad y ausencia de bienestar, sino como un término que englobas muchos factores, tanto los biológicos, como los sociales y ambientales. De este modo se comienza a plantearse que la cura en el hospital no solo vendrá de una mejora en su salud, sino también de tener un buen también y tener relaciones afectivas y sociales.
Ya entonces desde 1959, en la Declaración de los Derechos del Niño, los aspectos anteriormente nombrados se tuvieron muy en cuenta para la mejor protección del menor, y garantizarles todos aquellos derechos que por ser menores y no poder autodefenderse por si solos merecen poseer.
Para que un niño que se encuentra en un ambiente hospitalario sea posible su recuperación, además de responder bien a la intervención médica, es necesario que se les ofrezcan otros aspectos que por estar ahí pueden verse limitados. Hablo de una educación académica, de relaciones con sus iguales, de apoyo afectivo de sus familiares…Además, no olvidemos que están en fase de desarrollo, y que la ausencia de alguno de ellos puede serle perjudicial para su desarrollo posterior.
De este modo, dentro de los hospitales existen diversos apoyos hacia los familiares y niños para ayudarles en todo lo que puedan para favorecer para la mejor comprensión de la situación por la que pasan, y para reducir los impactos que de la situación se puedan desarrollar y extender, como en el ámbito laboral y social. Pero como vengo diciendo desde el principio del texto, cabe abarcar otras necesidades del menor que se tienen en cuenta como factor predominante para la mejora del menor, intervenciones, por ejemplo, en la línea lúdica, educativa e informática.
Desde esta perspectiva, dentro del hospital existen dos contextos desde los que trabajar esas líneas de intervención:
• Aula hospitalaria: consiste en traer el colegio al hospital, donde se imparte la pedagogía hospitalaria, que comprende la educación para la vida. La labor la llevan a cabo personal no sanitario, y comprenden la unión de actividades educativas y sanitarias.
• Ciber aula: comprende el espacio lúdico y de ocio y tiempo libre del que pueden disfrutar los menores para compartir relaciones con sus iguales. Supone un espacio donde se evaden del contexto hospitalario, y pueden satisfacer sus necesidades de juegos y creatividad. Es guiada por voluntarios, los cuales no han tenido una formación previa a la incorporación.
Ante estos contextos, tengo que decir que no hay presencia de educadores sociales en las actividades que se llevan a cabo. Todas las actividades que se realizan están supervisadas por los profesores que imparten las clases de la pedagogía hospitalaria.
Toda intención es buena para mejorar todos los aspectos de los menores, pero tenemos que centrarnos en la realidad, y ésta es que espacios limitados y recursos escasos en las ciber aulas. Con esto quiero decir que los menores que pasan un largo periodo de tiempo en el hospital, acaban cansándose de los mismos juegos y materiales, y de estar siempre en el mismo espacio haciendo las mismas cosas.
Desde esta perspectiva, sería importante la participación de la educación social para planificar actividades y talleres que acabaran con la cotidianeidad de los menores. Ya que ello se mantiene mediante subvenciones privadas, colaborar desde las ONGs en pro de los derechos de los menores para hacerles más llevadera la vida en el hospital de estos niños. Se habla de salud integral, pero en la realidad no se contempla debido a las diversas limitaciones que se establecen en el ámbito sanitario, para el mejor cuidado del niño. Es fundamental que se trabajen las relaciones sociales de los menores, que compartan experiencias con sus iguales, y creen vínculos de afectividad, siempre en la medida de lo posible.
Aún nos encontramos en proceso de evolución, en el que se reconozca la educación social como una ciencia que puede mejorar la situación de los menores dentro del hospital, favoreciendo actividades que desarrollen su creatividad, favoreciendo relaciones entre todos…Pero cabe destacar la gran labor que hacen personas voluntarias en esta temática, preocupadas por el bienestar de los menores, y aportando en la medida de sus capacidades, conocimientos y experiencias lo mejor para hacer más llevaderas su situación de enfermedad.
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